Se trataba de un outfielder de baja estatura (5’6” pies, 1,68 metros), de esos que ya los scouts de Grandes Ligas no se preocupan ni de ver. Sin embargo, Hamilton se destacó por su velocidad para correr las bases y su notable contacto con el madero. Promedió de por vida .344 y en la temporada en la que estableció el récord de 192 carreras anotadas bateó para .403. Esta marca está destinada a permanecer por siempre.
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